lunes, 27 de septiembre de 2010

El emprendimiento como filosofía de vida

Eduardo Eurnekian, uno de los empresarios más reconocidos de Latinoamérica, analiza los pilares del crecimiento en relación con el futuro de la Argentina.
IPS: Corporación América lidera el consorcio que está a cargo del desarrollo del Corredor Bioceánico Central, un proyecto de gran envergadura que compite en dimensiones con el Canal de Panamá. Como CEO de Corporación América, ¿qué lo impulsó a aventurarse en tal emprendimiento?
Eduardo Eurnekian: Es importante considerar la apertura física de las fronteras y su papel en la optimización de los logros alcanzados por el hombre en lo que a comunicaciones respecta. En el caso del Corredor Bioceánico Central, tuvimos en cuenta la importancia estratégica del Océano Pacífico en el marco de la economía mundial.
Este proyecto, que representa una inversión inicial de 3 mil millones de dólares, unirá el pueblo de Luján de Cuyo en Argentina con Los Andes en Chile a través un ferrocarril de 52 kilómetros de largo que cruzará la Cordillera de los Andes a 2.300 metros sobre el nivel del mar.
Una vez finalizado, el Corredor le permitirá al Mercosur (el mercado común formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) tener acceso a mercados de Asia y Oceanía, como China y Australia, así como también a la costa oeste de México y Estados Unidos.
La implementación de este acceso representa un costo y riesgo menores a los que plantea el clima hostil de los Andes. En la actualidad, Chile y Argentina intercambian 7,5 millones de toneladas anuales de mercadería a través del paso terrestre Cristo Redentor, que permanece cerrado al tránsito dos meses al año debido a las severas condiciones climáticas. Por tal razón, el Corredor ejercerá una influencia determinante en el desarrollo económico y social de la región.
A nivel regional, redundará en grandes beneficios para un área que representa el 70% de la actividad total del continente. A nivel internacional, resultará en una ruta directa, segura y de bajo consumo energético que estimulará la demanda y, como consecuencia, fomentará el desarrollo de los mercados. Con una visión a largo plazo, se estima que este sistema de logística y transporte podrá satisfacer la demanda inicial anual de 20 millones de toneladas en su primera fase (2020).
De manera progresiva, una vez que esté en funcionamiento la extensión a cielo abierto del segundo ferrocarril, se alcanzará la capacidad de transporte máxima de 70 millones de toneladas anuales.
IPS: La producción de biocombustible registra un crecimiento sostenido debido a que las empresas se han abocado a la exportación. Para 2010 la Argentina tendría una demanda de 600.000 metros cúbicos de biocombustible y 250.000 metros cúbicos de etanol. ¿Qué papel juega Corporación América en esta área?

Eduardo Eurnekian: Hemos realizado una inversión de 120 millones de dólares para la construcción de una planta de biocombustible de última generación, propiedad de Unitec Bio, a fin de alcanzar una producción anual de 240.000 toneladas de biocombustible. Actualmente el biodiesel se envía a mercados extranjeros.
Las consecuencias ya se pueden apreciar debido a que este suministro está modificando la matriz energética, reduciendo así las emisiones de gases de efecto invernadero. No hay dudas de que vale la pena invertir lo más se pueda en energía limpia. Lo cual no sólo representa una oportunidad comercial sino que también ofrece una ventaja comparativa para el futuro. Si bien se considera que la energía renovable genera un alto riesgo, vale la pena esperar a obtener los beneficios para así favorecer a las generaciones futuras.
IPS: La Argentina es considerada una de las principales capitales mundiales del vino tinto. De hecho la región de Mendoza se ha vuelto uno de los destinos turísticos más atractivos de Sudamérica tanto para los conocedores del vino como para los inversores. Sin embargo, usted parece haber llevado la producción de vino un paso adelante al establecer un nuevo polo vitivinícola en Neuquén, una de las provincias más australes de Argentina, con la reconocida: Bodega del Fin del Mundo. ¿En qué radica la importancia de este proyecto?
Eduardo Eurnekian: Mi ingreso a la industria del vino fue una decisión personal que surgió de un encuentro con Julio Viola, quien había establecido un pionero esquema de producción vitivinícola en la provincia de Neuquén. Julio ya se había contactado con Michel Rolland, uno de los enólogos más aclamados del mundo.
Lógicamente, su presencia en Bodega del Fin del Mundo fue un factor decisivo y estamos orgullosos de contar con el apoyo de un profesional tan respetado. El extraordinario éxito logrado en Neuquén fue una fuente de inspiración que nos impulsará a desarrollar emprendimientos con este tipo de desafíos en otras regiones del mundo.